Muchas veces sentimos que nuestra vida es más de los demás que nuestra, todo mundo opina sobre nuestra vida, sobre lo que debemos de hacer, lo que debemos decir, lo que debemos comer, como debemos de vestir… todo esto se convierte en un sin vivir.
Cuando estamos a solas con nuestro pensamiento, en silencio, con la mirada centrada en un solo punto, ideándonos esa vida que realmente queremos tener, llegan a nuestro pensamiento infinitas ideas que alimentan nuestra autoestima, llenan el cajón de la esperanza que se estaba quedando vacio y de repente volvemos a la realidad con esa idea clara de lo que realmente queremos hacer para sentirnos bien, llenos y satisfechos, corremos de inmediato a informarnos de cómo podemos llegar a realizar ese sueño que se nos acaba de meter en la cabeza, más nos emocionamos aún cuando vemos que en realidad solo es cuestión de querer hacerlo, solo es cuestión de luchar para conseguirlo, seguimos llenando ese cajón de esperanza. Llega el momento en que esta decisión que acabas de tomar se la comentas a la persona más cercana que tienes en ese momento, con gran suerte si esa persona piensa igual que tu, en luchar por un sueño, en alcanzar sus metas, te apoya y más razones aún para continuar, avanzas con más fuerza y sigues llenando ese cajón de esperanza, pero… llegan personas que te dicen lo contrario, cada palabra que sale de su boca destruye poco a poco tu sueño, cada palabra que sigue saliendo de su boca hace que tu razón se active y al final terminas por ver que es un sueño absurdo, que es difícil de lograr y que no está hecho para ti.
Se vuelve a vaciar el cajón de la esperanza y vuelves de nuevo al principio de todo, donde no sabes que camino elegir, realmente tienes un camino para elegir, es el que más fácil tienes de conseguir y se considera bueno para ti, posiblemente estudiar una carrera o conseguir un trabajo para tener dinero y poder pasar el mes… no es un mal plan, pero no es el que tu quieres para tu vida… Ahora piensa ¿esa persona que se encargo de destruir aquel sueño que había llenado tu cajón de la esperanza, está realmente satisfecha con su vida? ¿Esa persona ha logrado hacer lo que realmente la llenaba? Si esa persona no ha logrado nada en su vida y simplemente se dedica a trabajar y ha llegar a fin de mes agotado, cansado, posiblemente estresado ¿por qué dejas que se meta con tus sueños y metas?
Es muy difícil construir un castillo de arena en la playa, puedes tardar un día entero, una semana o hasta un mes si lo quieres ver perfecto, pero es más fácil que venga una persona y de dos patadas lo derrumbe, ese castillo que hiciste con tanto amor, con tanto esmero lo destruyeron en menos de un segundo, la persona que lo destruyo le fue más fácil y satisfactorio derrumbarlo que sentarte contigo y ayudarte a terminarlo, o invitar a que los demás vinieran a ver lo hermoso que había quedado.
Cuando quieras ir por un sueño y lo consideres difícil es porque realmente es bueno, lo importante es que tu lo quieras, lo luches, recuerda que las cosas buenas no son fáciles, te animo para que continúes con esas metas, las vas a lograr, realmente es cuestión de ponerte hacerlo, te encontrarás por el camino con muchos obstáculos, el miedo, la envidia, el primer fallo, el segundo fallo… pero no puedes desanimarte porque si lo haces tu cabeza volverá a buscar la forma de traerte de nuevo hacía tu sueño y tendrás que volver a empezar a luchar por el, por que el ser humano en su inconsciencia es insistente y hasta que no lo logres no vas a sentir esa tranquilidad contigo mismo, si empiezas a luchar por lo que quieres desde ya, es para que sigas con ese plan y puedas saborear esa gran recompensa y decir LO HE LOGRADO, DEFINITIVAMENTE VINE A ESTE MUNDO A GANAR, es entonces cuando por fin sientes que la vida es tuya y de nadie más.